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EDITORIAL

La semana pasada, Coatepec se estremeció con una noticia que cimbró las conciencias ciudadanas: el fatal accidente que tuvo como consecuencia el fallecimiento de un joven profesionista coatepecano, que circulaba en una motocicleta, causado por un bache o una reparación en la carretera Coatepec – Xalapa, el cual no estaba debidamente señalizado.

 

En un análisis frío de este lamentable suceso, se debe ser mesurado y dejar de lado el sentimiento por la pérdida de un ciudadano en la plenitud de la vida. Es importante fundamentarse en las fuentes legales y en las normas que rigen tales obras.

 

En Veracruz, la responsabilidad por accidentes causados por la falta de señalamientos en carreteras recae, principalmente, en la autoridad gubernamental, en este caso la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), o la empresa concesionaria encargada de la obra. AMBAS ENTIDADES ESTÁN OBLIGADAS A GARANTIZAR LA SEGURIDAD VIAL Y LA ADECUADA SEÑALIZACIÓN.

 

De acuerdo a la normatividad establecida, para asignar obras a las empresas constructoras, deben pasar por un proceso de licitación, donde cada empresa demuestra su capacidad financiera, técnica, operativa, profesional, etc., para poder siquiera concursar. Y la obra se asigna a la empresa más óptima, a la mejor.

 

Lo malo de estas administraciones morenistas, es que las obras se asignan de manera discrecional a empresas afines, es decir se adjudican de manera directa sin licitación, solo para favorecer a “empresas patito” propiedad de cómplices incrustados en el gobierno. Ahí están las consecuencias: improvisación, indiferencia, incapacidad, ignorancia, indolencia, etc.

 

La regulación de la señalización en México se rige por normas oficiales mexicanas, como la NOM-034-SCT2-2011 y la NOM-086-SCT2-2015, que establecen los lineamientos para la colocación de señales y dispositivos de control de tránsito. En caso de un accidente, la parte afectada puede presentar una demanda por negligencia si se demuestra que la falta de señalización fue la causa directa del percance y QUE LA AUTORIDAD O EMPRESA RESPONSABLE INCUMPLIÓ SU DEBER DE MANTENER LA VÍA EN CONDICIONES SEGURAS.

 

La improvisación, la corrupción y la falta de capacidad de los secretarios en turno, como lo demostraron en sus comparecencias, ya ha dejado consecuencias fatales.

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