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EDITORIAL

Como se ha informado, Coatepec está de fiesta, este 17 de agosto cumple 19 años de haber obtenido la denominación de Pueblo Mágico en 2006, por la Secretaría de Turismo federal, lo que lo ha colocado en la promoción nacional e internacional y convertido, verdaderamente, en destino turístico favorito. Municipio que ha sido próspero, pujante, histórico, progresista, culto y lleno de gente hospitalaria y cordial. 


Sin embargo, el coatepecano con memoria, recuerda los grandes festejos por este motivo, artistas y eventos verdaderamente artísticos y culturales de talla nacional e internacional. Hoy con escueto programa celebran que no le quitaron dicha denominación, luego de que estos cuatro años el Pueblo Mágico es un desorden.


Eso pasa cuando las autoridades y funcionarios, por ignorancia, revuelven la política con la función pública. Esta administración municipal se ha caracterizado por la indolencia. Hay áreas totalmente inoperantes y funcionarios improvisados e incapaces, que no cumplen su función. Por todo eso se ha relajado la ley, las normas y los reglamentos, dando paso al desorden y a la anarquía. Aunque en estos días simularán orden, a base de acuerdos con líderes de comerciantes ambulantes.


Cuando la ley se relaja o se ignora, impera el desorden, pues la existencia de leyes y su cumplimiento son fundamentales para mantener el orden social. Si las leyes son ignoradas o se permite ser infringidas, se produce un vacío de poder y autoridad, lo que puede llevar al caos y a la falta de gobierno (anarquía). 


Las normas y leyes establecen límites y reglas de convivencia que permiten a las personas vivir juntas de manera organizada y armoniosa. La relajación o falta de aplicación de las leyes genera caos. Si las leyes son ignoradas, las personas pueden sentirse libres de actuar sin restricciones, lo que puede llevar a conflictos, abusos y una sensación general de inseguridad, pues se genera violencia, injusticia, y un ambiente de incertidumbre donde la ley del más fuerte prevalece. ¿Le suena?


La anarquía, en este contexto, se refiere a una situación en la que no hay un gobierno efectivo o un sistema de leyes que funcione. Las consecuencias negativas de no respetar y aplicar las leyes están a la vista. Las leyes, aunque puedan parecer restrictivas a veces, son necesarias para proteger a la sociedad y mantener el orden. La ignorancia de éstas puede llegar a una ausencia de gobierno o autoridad, lo que lleva a la falta de seguridad, justicia y protección de los derechos individuales. 


Aunque la ley a veces pueda percibirse como restrictiva, es fundamental para mantener el orden social, proteger a los ciudadanos y garantizar un entorno de convivencia pacífica. Las autoridades y funcionarios municipales, deberían saberlo. 

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