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EDITORIAL

En Coatepec, es tan grave la negligencia y la indolencia del gobierno municipal, caracterizado por la insensibilidad, la indiferencia y la omisión; que estamos cayendo en una grave situación de descomposición social.

 

Esto viene en referencia a los lamentables sucesos que se han dado las últimas semanas como: brujería en una casa particular, golpearon a un anciano y amarraron un niño, catearon taller, desaparecidas y lo peor, el suceso de la decapitación que estremeció, no solo a Coatepec, sino que, vergonzosamente, fue nota nacional.

 

La descomposición social en un municipio se manifiesta a través de la pérdida de cohesión social y el deterioro de las relaciones entre sus habitantes. Se observa en la disminución de la confianza interpersonal y en las autoridades, el aumento de la conflictividad y la proliferación de problemas como la delincuencia y la violencia.

 

La inseguridad esta incontrolable, debemos cuestionarnos si se ha generado debido a la mala administración o a la descomposición social; pues el incremento en la inseguridad es alarmante. Esto, desde luego, le pega a la imagen y al turismo.

 

Una de las causas de la inseguridad estriba en que el gobierno, en sus tres niveles, se encuentra rebasado y solo atiende después de los delitos cometidos y no realiza acciones de manera preventiva, lo cual ha causado el hartazgo ante la impunidad y la falta de justicia. La estrategia de “abrazos no balazos” complicó el asunto.

 

Ante este escenario, es necesario que las autoridades, cuenten con un protocolo para su atención mediante respuesta inmediata, involucrando a todas las fuerzas del orden, sobre todo en áreas con alta incidencia y que debe ser prioritario.

 

Se requiere desarrollar capacidades que permitan, desde castigar al ciudadano, o incluso gobernantes que violan la ley, hasta enfrentar la crisis de inseguridad que se vive, asegurando que el poder no sea utilizado arbitrariamente. El gobierno municipal se ve indiferente ante estos temas. Ni les preocupan ni actúan.

 

Los altos índices de inseguridad reflejan un Estado Fallido, a pesar de tener a todas las fuerzas federales (Guardia nacional, Marina, Ejército, Policía estatal y municipal), en todas partes. Con la falta de pesos y contrapesos, no hay quien obligue a los gobiernos a tomar en serio esta lamentable descomposición social.

 

El clamor de los ciudadanos es que no se nos siga engañando ni experimentando con la seguridad e integridad del pueblo y con otros temas que han dañado el tejido social y se continúe abonando, con esos engaños, a la descomposición social.

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