El próximo miércoles 5 de febrero estaremos festejando un aniversario más de nuestra Carta Magna: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que rige la vida de quienes vivimos en este bello país y de las instituciones.
El 5 de febrero de 1917 nació la máxima ley del pueblo mexicano, misma que se ha mantenido vigente desde su promulgación en Querétaro. Nuestra constitución se colocó a la vanguardia a nivel mundial, al establecer que la ley no sólo debe fijar la base organizativa del Estado y reconocer las garantías individuales, sino también ser garante de los derechos sociales, económicos y culturales de todos.
El presidente Andrés Manuel López durante su mandato, modificó la Constitución, teniendo un Congreso a modo, con la finalidad de acabar con dos de los tres poderes, congregar las decisiones solo en el Ejecutivo y debilitar las instituciones.
AMLO asumió la presidencia el 1 de diciembre de 2018 y a partir de 2019 inició una carrera en el Congreso para modificar la Constitución. Entre marzo de 2019 y el 31 de enero de 2024, López Obrador presentó 10 iniciativas de carácter constitucional y consiguió, a través de Morena y sus aliados, 23 cambios a la Carta Magna, modificando en total 62 artículos. “A mí no me vengan con que la ley es la ley”.
De los 136 artículos que conforman la Constitución, 117 han sido sujetos a cambios, en 100 años, dejando apenas 19 de ellos intactos desde su promulgación. Este patrón de reformas también refleja la evolución y adaptación de la ley suprema del país a los cambios socio-políticos y económicos a lo largo de más de un siglo.
En resumen, la Constitución vigente de México, es el máximo ordenamiento, en el cual se encuentran protegidos, entre otros preceptos, los derechos humanos y sus garantías. Es el documento donde se encuentran depositados los grandes anhelos de los mexicanos del pasado, quienes, en muchas ocasiones, derramaron su sangre para que las futuras generaciones gozaran de un país justo y libre.
El filósofo-político Montesquieu escribió hace 270 años su texto clásico “El espíritu de las leyes” donde describe diversas formas de gobierno, esencialmente, como resultado de las idiosincrasias de los grupos que las integran. “Sus ideas (de la constitución) están condicionadas por factores internos y externos de todo tipo, desde lo histórico hasta lo moral, reflejados en la definición de la naturaleza de las leyes que rigen la comunidad en cuestión”.
También, quienes integran el congreso de la Unión, senadores y diputados, tienen la responsabilidad y el deber de vigilar y hacer valer que el espíritu constitucional se cumpla y prevalezca, y que no se modifique obedeciendo a intereses sectarios.
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