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EDITORIAL

El sábado 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, o Día Naranja, para hacer conciencia sobre este delicado tema, que se da, desde el interior de la familia, el trabajo y la sociedad.


La violencia de género es aquella que afecta a las mujeres, por el mero hecho de ser mujeres. Es atentar contra su integridad, libertad y dignidad. Algunos tipos de la violencia en contra de ellas son física, sexual y/o psicológica.


La violencia de género en México ha existido desde tiempos inmemoriales, pero se ocultaba o disimulaba, y responde a la cultura conocida como “machista”, con la que comulga gran parte de la sociedad. En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia basada en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la vida privada”. (Orden Jurídico Nacional, 1993).


En la década de los noventa, en México, se comenzaron a recabar datos sobre la violencia a las mujeres. A finales de 2019, el INEGI reportó un porcentaje de 66% de mujeres mayores de 15 años (30 millones), que fueron violentadas de alguna manera, siendo el más alto índice; de estas, en el 44% de los casos fue ejercida por su esposo o pareja.


En 2018 se registraron 3,752 homicidios de mujeres, el más alto registrado en los últimos 29 años (1990-2018), lo que en promedio significa que fallecieron 10 mujeres diariamente por agresiones intencionales (INEGI, 2019). Diez años atrás, en 2009, tan sólo en el territorio de lo que entonces era el Distrito Federal, se registraron 128 feminicidios, que representan una tasa (por cada 100,000 mujeres) del 2.23. Y diez años más atrás, en 1999, 127 feminicidios, con una tasa del 2.85 (ONUMujeres, INMujeres México y LXI Legislatura 2011). *(Los datos solo son ilustrativos, no actuales, solo como referencia, pero de instituciones oficiales).


Desafortunadamente, la igualdad o equidad de género y la no discriminación no forman parte de la cultura en México. En los últimos años se han realizado muchos esfuerzos por parte de organizaciones internacionales, del gobierno local y de la sociedad civil, para cambiar esta postura y desarrollar un concepto de equidad aplicable a nuestro contexto, pero actualmente aún seguimos en proceso de adoptarlo y adaptarlo a nuestra sociedad.


Sin embargo, la decadencia de los valores éticos y morales en la sociedad, la perturbación mental de las nuevas generaciones, a través de medios e internet, y la falta de una verdadera atención de los gobiernos, han incrementado las cifras.


Implementar programas regionales y nacionales para la difusión de las ideas de igualdad y respeto, es una de las principales tareas. La humanidad merece mujeres completas, respetadas, admiradas, cuidadas y protegidas. Conseguirlo es deber conjunto de los gobiernos, las asociaciones y la sociedad civil. Para seguir avanzando, ¿qué más podemos hacer por nuestras mujeres?


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