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EDITORIAL

Ahora que vimos, a través de los medios, la aberrante decadencia de los valores cívicos por parte del “gobernador” de Veracruz, en un acto de falta de respeto a la titular de uno de los tres poderes, donde se percibe la misoginia, el miedo a la alternancia, la amenaza, la apología de la violencia, la manipulación y el descaro; es importante mencionar y recordar a los ciudadanos, lo establecido en las leyes y en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


En dicha manifestación, orquestada por el gobierno del estado el sábado anterior, se hicieron presentes acarreados de la burocracia estatal, donde se promueve la violencia en contra del poder Judicial, todo porque suspendió el “plan B” de la reforma electoral, que fue aprobada en el Cámara de diputados, sin que los legisladores morenistas tomaran en cuenta los procedimientos legislativos que señala su reglamento interior. La Suprema Corte ha rechazado dichas reformas y ahora la ven como enemigo.


Olvidan que la división de Poderes es una de las partes estructurales de la concepción del Estado constitucional, democrático y liberal. Destacados filósofos como Aristóteles, Cromwell, Locke y Montesquieu, abundaron sobre la importancia del equilibrio en los poderes. Fue este último quien, en su Espíritu de las leyes (1748), expuso con claridad esa división de Poderes. Según él, en cada Estado hay tres clases de Poderes: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Cuando el Poder Legislativo y el Ejecutivo se reúnen en la misma persona o en el mismo cuerpo, no hay libertad. Puede temerse que, entonces, el encargado de hacer las leyes las haga tiránicas para ejecutarlas él mismo, también tiránicamente.


La separación de poderes, al igual que el sufragio universal, es uno de los principios que rigen a la democracia. Se trata de un sistema de organización política que durante siglos ha sido promovido por el Derecho, pues está contemplado y explicado en las leyes constitucionales de toda nación que estipule la democracia como su forma de gobierno.


La Constitución Política de los Estados Mexicanos la establece en el artículo 49: “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. Además, agrega que “no podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión, conforme a lo dispuesto en el artículo 29”. Es decir, se trata de que exista equilibrio y no abusos.


Actualmente, con la aprobación de 20 iniciativas de ley por los diputados y senadores de Morena, se nota que el Poder Legislativo está sometido a las decisiones del Ejecutivo, a cargo del presidente. Y que ha tratado de hacer lo mismo con el Poder Judicial sin conseguirlo, gracias a la rectitud y respeto a la Constitución de la mayoría de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.


A la orden tajante, ¡apruébenlas ya!, los serviles legisladores de Morena, sin protocolos y al vapor, en un dos por tres, cumplieron la encomienda del presidente. Pero no contaron con el Poder Judicial, el cual, con apego a las normas constitucionales, está invalidando las barrabasadas de la 4T.


Por todo eso, ahora, triste muy triste y denigrante, que un gobernador, que no representa el sentir de los veracruzanos, se exhiba insultando y descalificando al Poder Judicial, el cual, lo único que ha hecho, es respetar la Constitución. A ese nivel tan bajo de “gobierno” hemos caído con esta, mal llamada 4T. No más violencia.


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