La nota principal de esta semana, es una entrevista con el nuevo padre de la parroquia de San Jerónimo, quien comparte su mensaje de Semana Santa. En él, hace referencia a la unidad, al amor, a la solidaridad y a la justicia entre los seres humanos, como vivo ejemplo del mensaje que nos dejó el Maestro Jesús,
Como la próxima semana no habrá edición digital de Semanario ESPRESSO (por respeto a los días de asueto), también hacemos, en este EDITORIAL, una reflexión, que debe ser tomada con profunda seriedad, en estos tiempos, donde la sociedad está dividida, polarizada y enfrentada.
Esta confrontación de diversos sectores de la sociedad mexicana, promovida desde el ejecutivo federal, pone en riesgo la estabilidad cotidiana y la paz social; vamos, hasta la unidad familiar, pues va en aumento el odio, que ha provocado que México esté más dividido que nunca y, lamentablemente, lo estamos permitiendo.
La gente está cayendo en el fanatismo; y cuando se mezcla el fanatismo con la ignorancia, se crea un riesgo, potencialmente, peligroso para la estabilidad social del país. Ese fanatismo ha provocado que el rencor, el odio y el desprecio, entre los mismos mexicanos, vaya en aumento.
No tenemos que estar de acuerdo con la ideología de los demás; estamos viviendo cambios importantes en el mundo, en las relaciones sociales, en los límites y alteraciones de la vida pública y, en general, en la vida diaria de las personas.
Por ello, debe imperar el respeto, en todos los sentidos, sin importar ideologías o filias. La democracia es una forma de gobierno, en el que se puede ejercer el poder político, del y para el pueblo, que somos todos; podemos ejercer, también, el derecho al cambio, al equilibrio de poderes, a la justicia social y a la creación de políticas públicas para mejorar el nivel de vida de las personas. Aunque, en muchos casos, se crean políticas públicas, que favorecen solamente a los intereses personales de unos cuantos, sin importar las necesidades que existan en la sociedad.
Innegable, es el hecho, de que la sociedad está llegando al hartazgo de la clase política, debido al nivel de corrupción que ha prevalecido en nuestro país, aunado a la impunidad y al abuso de poder, que han caracterizado al gobierno.
Estos factores han facilitado la división y polarización en el país, que han provocado el peligroso incremento del rencor social. Dicha polarización social, ha terminado en la descomposición de ciertos valores: la falta de empatía ante los problemas del otro, la reproducción irracional de estereotipos, de una determinada clase social, o la falta de sensibilidad ante la violencia y la tragedia.
El mensaje del hombre que cambió la historia, y de quien recordamos su sacrificio esta Semana Santa, fue sin duda el del amor. Amor, bien entendido, filosóficamente: amor a uno mismo, amor al prójimo, a la vida. En este momento, cobra especial relevancia. Como mexicanos, debemos respetarnos, cuidarnos, protegernos, apoyarnos, respaldarnos y unirnos. No se trata de enfrentarnos con discursos de odio ni de clasificarnos en dos bandos. El amor está por encima de todo eso
Pongamos un alto, no permitamos que nos confronten. México no necesita divisiones, México sólo es uno.
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