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EDITORIAL

Este martes 21 de marzo, se conmemora el 217° Aniversario del Natalicio del presidente Benito Juárez. Mexicano visionario, precursor de acciones de Estado que se adoptaron en diversas naciones del mundo, muchas ellas, vigentes a nuestros días. Un hombre que, a partir de su liderazgo, transformó la vida política y social del México de su época.


No se trata de repetir los datos biográficos que todos debemos conocer desde la primaria, sino, más bien, valorar su ideario político. Destacar la actualidad y trascendencia histórica del Benemérito de las Américas, no solo porque vivimos en la República que él instauró, también porque fue el primer modernizador de la nación: promulgó las Leyes de Reforma, venció a los conservadores, derrotó la intervención francesa, eliminó al emperador que usurpó la soberanía nacional y constituyó el estado laico, vigente hasta vuestros días.


En el Gobierno del Presidente Benito Juárez, se diseñó una política económica siguiendo el modelo de los países más desarrollados en esa época, incluyendo inversión extranjera. El presidente Ignacio Comonfort había promulgado la Constitución de 1857, con principios liberales, y eso motivó el establecimiento de directrices sociales, económicas y políticas que buscaban el crecimiento económico. El mismo espíritu liberal se plasmó en las Leyes de Reforma y otros decretos, tanto legislativos como administrativos.


La política liberal dio cauce a una relativa paz social, que permitió a México dar los primeros pasos a la modernidad, adoptando el sistema capitalista de América del norte y de Europa central. A consecuencia de eso, en la década de 1860 los capitales mercantiles, bancarios, industriales y agro-ganaderos vivieron un auge, principalmente en el norte y oriente del territorio nacional.


Juárez creyó que la estabilidad política del país solo podría lograrse mediante la adopción de una forma constitucional de gobierno, basada en el federalismo, en la industria y en el fortalecimiento de la actividad económica, dentro de la seguridad jurídica de libertades y garantías, que habían sido consagradas en la Constitución de 1857. Esa visión e ideario de libertades, de austeridad, de transparencia, de competencia económica, de certidumbre, de legalidad y de respeto al pacto federal en la vida republicana, debieran estar vigentes, pues fueron a base de la república. Sin embargo, es evidente que en la actualidad están siendo trastocadas.


El ideario juarista es referente para el México del siglo XXI, para la democracia, para la justicia y para la economía mexicana. Como presidente liberal, promovió los valores del respeto al derecho ajeno, la tolerancia, el diálogo abierto y el Estado de Derecho. A ello se debe, en gran parte, la consistencia de las instituciones democráticas, la consolidación de la sociedad y la transformación de estructuras.


Juárez es paradigma de honestidad e inalterable vocación de servicio. Austero por naturaleza, jamás lo perturbaron inquietudes materiales. Espíritu inexpugnable ante los embates de la ambición, predestinado a las más altas responsabilidades y a las más nobles tareas; hizo de su vida, cátedra permanente de patriotismo.


Benito Pablo Juárez García, Benemérito de las Américas; su nombre es arquetipo para los justos y reproche para los claudicantes.


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