21 de octubre de 1833 - Nace Alfredo Nobel, inventor de la dinamita y creador del Premio Nobel.
El 21 de octubre de 1833, nació en Estocolmo, Suecia, uno de los personajes más influyentes y paradójicos del siglo XIX: Alfred Bernhard Nobel. Su vida y legado han dejado una marca profunda en la historia de la ciencia, la tecnología y, curiosamente, en la promoción de la paz.
Nobel fue un químico, ingeniero e inventor prolífico. A lo largo de su vida registró más de 350 patentes, pero su nombre quedó grabado en la historia principalmente por un invento explosivo: la dinamita. En 1867, después de experimentar con la altamente inestable nitroglicerina, Nobel logró estabilizarla al mezclarla con un material absorbente, creando así un explosivo mucho más seguro para el manejo industrial y la minería. Este invento revolucionó la ingeniería civil y la construcción, pero también fue adoptado rápidamente con fines bélicos, algo que le provocó remordimientos con el paso de los años.
El giro más sorprendente en su historia vino poco antes de su muerte. En 1888, un periódico francés publicó por error un obituario suyo en lugar del de su hermano, titulándolo: “El mercader de la muerte ha muerto”. Esta experiencia marcó profundamente a Nobel, quien decidió cambiar el rumbo de su legado. En su testamento, dejó la mayor parte de su fortuna para la creación de los Premios Nobel, destinados a reconocer los logros más destacados en física, química, medicina, literatura y la paz mundial (el de economía lo agregaría en 1968 el Banco de Suecia).
Alfred Nobel falleció en 1896, pero su visión perdura. Cada año, sus premios celebran los avances que mejoran la humanidad, una ironía poderosa si se considera que su fortuna provino, en parte, de la creación de una de las armas más temidas de su tiempo. Su vida encierra la dualidad entre el progreso y la destrucción, pero también la esperanza de redención a través del conocimiento y la paz.
Comentarios