Héctor Hernández Parra
El rescate de la relatoría de personas, costumbres y tradiciones, llenaría uno de los vacíos culturales en un pueblo.
Nuestro Coatepec requiere del interés de personas, habitantes sensibles, por preservar elementos culturales que reafirmen la identidad.
Estamos invitados a participar en el reencuentro con la relatoría y registro de elementos históricos.
A continuación, citamos elementos urbanos tradicionales que aún existen:
Barrio “La Granja”
Un hermoso puente sobre la calle 5 de mayo, construido para cruzar el río de San Andrés un punto de comunicación con las calles Guillermo Prieto y Xicoténcatl.
Un árbol de Nacaxtle mudo testigo de los cambios que a su alrededor se han dado. La Granja fue el nombre de una huerta y jardín propiedad de Don Alfredo Quiroz, un lugar turístico que tuvo entre sus registros la presencia del Gral. Porfirio Díaz y el poeta Nicaragüense Rubén Darío entre otras celebridades.
La operación de un beneficio de café de Don Luis Ortiz, cercano a una miscelánea La Granja propiedad de Don Arnulfo Sandoval y Doña Esperanza García, actualmente opera una cafetería fundada por Don Ruperto Opoch.
El rescate de la llorona en un montaje plástico, es una aventura escénica que busca llamar la atención para generar cultura urbana.
REFLEXIÓN CIUDADANA
Un símbolo que marca el inicio de una temporada religiosa se percibe y se practica por la feligresía católica.
Adviento es una etapa del año litúrgico donde se prepara espiritualmente a los seguidores de la doctrina católica para la llegada de Jesús.
Una corona confeccionada con ramas de pino formando un circulo, cuatro velas, tres de color verde y una rosada que corresponde al tercer domingo significando alegría. Cada domingo se enciende una vela y se realiza una oración.
El origen de la corona de adviento tiene antecedentes en países germanos católicos y protestantes desde el siglo XVI, la corona ilumina gradualmente el punto donde se coloca horizontalmente.
La luz plena se alcanza con la llegada de Jesús en la Navidad.
El contexto de la corona se enmarca en un ritual específico complementado con lecturas bíblicas y cantos.
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