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¿QUÉ ES LA JUSTICIA? (IV)

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Anteriormente hemos hablado sobre la justicia como un ideal de sana convivencia y orden social que, a través del tiempo y en diversos lugares del mundo, se ha enfrentado a circunstancias sociales y culturales en ocasiones bastante disímbolas, y ha generado sistemas de justicia con leyes inconmensurables y hasta opuestas entre sí.

Además el concepto de la justicia ha evolucionado y se ha diversificado al volverse la sociedad más compleja y diversa; ejemplo de lo anterior es la actual tendencia a la inclusión dentro del marco legal de minorías y preferencias que en tiempos pasados fueron incluso consideradas como conductas antisociales y hasta delictivas. Los juicios emplazados por la justicia inglesa en contra del gran escritor Oscar Wilde en 1895 y del matemático Alan Turing en 1952 por ser homosexuales -bajo el cargo de “indecencia grave”- actualmente nos parecen absurdos e injustos, pero para la moral de la Inglaterra de aquellos años eran procedentes y de hecho destruyeron la vida de estos personajes célebres.

El mundo actual se encuentra en un proceso acelerado de globalización, producto del vertiginoso desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación; a consecuencia de este fenómeno las fronteras entre países y continentes se vuelven cada vez más tenues y hoy podemos atestiguar cómo cada vez más países unifican ideas en torno a la impartición de la justicia, aunque persisten aún diferencias muy marcadas en algunas sociedades como las del medio oriente –que fundamentan su justicia en la Sharia o ley islámica, que sirve de base para el derecho familiar, penal y civil y está basada en el Corán- mientras que en occidente la justicia se basa en leyes emanadas de un poder judicial laico por regla general.

Por otro lado se debe considerar que la percepción de la justicia que tiene el común de la población no siempre coincide con el ejercicio real de ésta; es frecuente escuchar expresiones tales como “que se haga justicia” o “lo sucedido es injusto” pues, tomando el caso de la justicia retributiva, en muchas ocasiones los familiares de las víctimas de homicidio u otros delitos graves difícilmente aceptan que una

pena de prisión sea proporcional al daño causado, por ello en algunos sistemas de justicia extranjeros la pena de muerte subsiste aún.

En México la reciente “elección judicial” impuesta contra toda lógica por el poder ejecutivo -plagada de vicios electorales evidenciados y documentados- que ha llevado a ocupar cargos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y en las judicaturas de los tribunales supeditados a ella, a personas a todas luces incompetentes para ejercer esos cargos, hace dudar a muchos sobre el rumbo que la impartición de justicia tomará en este país en los años venideros.

La actual tendencia a proteger los “derechos humanos” “de los procesados por delitos graves hace preguntarse quién vela por los derechos humanos de las víctimas, a las cuales muchas veces se les orilla a buscar justicia por sí mismas como en el caso de las “madres buscadoras” a las que el sistema judicial simplemente no ha respondido a su justa demanda, o peor aún en los recientes casos de linchamientos y el surgimiento de “autodefensas” en diversas zonas del país donde la población se percibe desamparada ante el crimen y se hace ‘justicia por su propia mano’.

Finalmente, podemos decir que aunque ningún sistema de justicia es perfecto, la reflexión ética sobre el sentido de la justicia y su aplicación en los hechos concretos puede perfeccionar a estos sistemas. De la legendaria Ley del talión babilónica a las actuales leyes civiles y penales mucho se ha avanzado en la impartición de justicia, pero queda aún mucho por discutir y muchos “vacíos legales” que llenar.

Deseo a todos un buen fin de semana.


Valente Salazar Díaz

Colaborador

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