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HISTORIAS DEL CAFÉ EXPRESSO

El milagro


El reloj marcaba las 5:30 pm, Él entró presuroso por la puerta, preguntó:  ─ ¿Qué pasó? ¿Qué dijo el doctor?  ─ Que fue por anemia o por cansancio.— Contestó doña Rosa, la enfermera de confianza del doctor desde hacía años. ─ ¿Dónde está el doctor? ─ Abajo en el patio, al parecer le gustan las flores como a Kellyn.

 

Bajó corriendo la escalera pero a la mitad regresó a echar un vistazo a la habitación de Kellyn. La escena era tan apacible que parecía extraída de una pintura; ella dormía, su respiración era profunda y tranquila, sus rizos resbalaban por la almohada colgando como cascadas en un barranca, sus ojos cerrados parecían dos líneas en un lienzo, The queen of all everything de Ott hacía el ambiente de la recamara tan apacible, un remanso tranquilo que lo invitaba a permanecer infinitamente. Suspiró profundamente cuando, de repente, un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar la enfermedad hereditaria que le había arrebatado la vida a la madre de Kellyn que, en su fase inicial, le provocaba constantes desmayos. Suspiró y fue en busca del doctor.


─ ¡Doctor buenas tardes! ─ Saludó mientras recorría el patio caminado hacia él.  ─ Veo que le gustan las flores. ─ ¡Si son hermosas! ─ Replicó el doctor Isaac.  ─ Kellyn las quiere y procura tanto que a veces siento que exagera. ─ Le creo completamente, están muy bonitas las rosas, los jazmines y las hortensias. ─ Las cuida con mucho esmero, así es ella. Espero que lo de hoy no le afecte en su oficio. ¿O sí? ─ Inquirió.  El doctor caminó hacia el y con aire de seriedad respondió:  ─ No creo, a reserva de lo que digan los estudios, no habrá nada grave de que preocuparse, su desmayo pudo ser a causa de cansancio, estrés o anemia. Cuéntame ¿Ha tenido mucho trabajo últimamente?  ─ Pues no doctor, el mayor trabajo puede ser el que le provoca la plenitud de estas flores.  ─ Ya veo, no te preocupes, en cuanto estén los resultados dejarás de estar en vilo; de toda suerte le dejé instrucciones a Rosa. Estaré por acá en cuanto tenga los estudios, a lo sumo en una semana, mientras tanto cuida su reposo.─ Recomendó el doctor mientras caminaba hacia la puerta.

 

El tiempo transcurrió rápido, haciendo mas fuerte el vinculo entre doña Rosa y Kellyn, tanto que la llamaba "mamá Rosa". Por las tardes, cuando el crespúsculo aparecía en el horizonte, él llegaba a casa, luego de acompañar a "mamá Rosa" al autobús regresaba para estar con Kellyn; la noche los hayaba en el comedor cenando y hablando mientras compartían comida, ideas, miradas y amor.

 

Una tarde mientras regresaba del trabajo, encontró a Kellyn llorando, asustado se dirigió hacia ella inquiriendo:

─ ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa? ─ Kellyn al mirarlo lo abrazo con fuerza estremeciéndolo aún más. La miró a los ojos y susurró:   ─ ¿Qué ocurre? ─ Kellyn le señaló un sobre en la mesa, mientras comentaba que la había ido a visitar el doctor hacía un par de horas llevando los resultados de los estudios que tanto habían esperado.

 

Él, soslayando las palabras de Kellyn, analizaba el contenido del sobre tratando de entenderlo pero una nota al final develó el resultado: “Como puedes ver, Kellyn tiene la salud de una quinceañera; solo tiene una “enfermedad” por la que los visitaré más seguido: ¡Está embarazada! Felicidades a ambos…”

 

No nos une ningún lazo sanguíneo, no eres el modelo de mujer que me construyeron para mí y sin embargo te miro y mi aliento se desvanece, tu mirada me avasalla, nada se compara con el sublime candor que irradias al caminar, al estar, al ser. Siento tu latir como el mío, te evoco a cada momento, a cada respiro. Eres, en el epitome de mi vida, el alma con la que me fundo, páramo de vida y amor.


By Jaac

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