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HISTORIAS DEL CAFÉ ESPRESSO

¿De qué estamos hechos?

Hoy, justo este domingo por la tarde que me encuentro solo en casa. Decidí ver el celular buscando nada en particular, solo por ociosidad. Encuentro videos graciosos de mascotas, en especial de perros jugueteando entres si, de perros jugando con gatos, de perros jugando con aves, con tortugas y entonces aparece un video donde un hombre esparce las cenizas de su perro en cada uno de los sitios donde a su mascota le encantaba jugar. En ese instante, casi como si te hubiese invocado, entraste en mi cabeza, tu recuerdo se me apreció tan fuerte como si me hubiese estrellado en la pared, te miro en la sala, entras a mi habitación y me miras fijamente como atendiendo al llamado que te había hecho con el pensamiento. Te miro fijamente como lo haces conmigo y te acercas, recargas tu hocico en mi sofá; te acaricio la cabeza, tu frente y tus orejas… tan suaves como la seda… Miro con mas detenimiento el café claro de tus hermosos ojos y me pregunto: ¿Me habrás amado?¿Qué estarás haciendo ahora?¿Me recordarás?  O tal vez el indómito cronos te habrá borrado los recuerdos conmigo. Después de todo este tiempo, aunque mi vida ha seguido tan cotidiana como siempre, considero que algo en mi cambió, por lo menos, mi relación con los perros no es la misma que antes de que tu llegaras.

No sé si hay una mano oculta que mueve los hilos de nuestras vidas, desconozco si existen relaciones extrasensoriales que nos conectan con seres que están lejos de nuestra geografía cotidiana, ignoro si el destino nos hace coincidir en tiempos y en espacios con otros seres; en cualquier caso, un par de días después de haberte recordado tan vívidamente, mi expareja me habló para decirme que ya no estarías mas acá, que te habías ido a crear mundos en el infinito.

He de ser sincero, el impacto de la noticia no fue tan fuerte para mi, al menos no en el momento en que me lo dijo, pero hoy, justo en este domingo por la tarde, vuelvo a ver el celular buscando perros. Encuentro videos graciosos de ellos jugueteando entres si, jugando con gatos, jugando con aves, con tortugas y entonces, vuelvo a encontrar el video del hombre esparciendo las cenizas en los sitios felices de su perro. Como un dejavú recurrente, volviste a aparecer, entras en mi habitación, me miras fijamente y yo te miro también, veo tus ojos cafés y mis ojos verdes, verde y café, café y verde se funden en uno mismo; las pupilas se dilatan y contraen mientras nos miramos,  me acerco, recargo mi hocico en tu sofá; siento tus manos cálidas mientras acaricias mi cabeza, mi frente y mis orejas suaves, miro con mas detenimiento el verde de tus ojos y me pregunto:

¿De qué estamos hechos? ¿Qué tenemos dentro?

La Biología me diría que tenemos órganos internos indispensables para la vida, intestino, hígado, riñones, pulmones y desde luego el corazón y es en éste donde, metafóricamente, se guardan los recuerdos, en un rincón profundo están las memorias de hechos, experiencias y amigos,  tú: El mejor.

Recorro las habitaciones vacías de la casa mientras mis uñas suenan al bajar las escaleras, miles de aromas familiares inundan mis receptores olfativos, recorro tu habitación, olfateo tus zapatos; a cada paso te recuerdo, en la cocina recuerdo cuando me decías: ¡Echado! Y atendía paciente tu instrucción mientras me saboreaba con antelación el pedazo de pollo, de pan, de carne, de sandía, de melón… O de lo que fuera, porque viniendo de tu mano podría comer hasta veneno sin chistar

Lanzo un ladrido y levanto, si es que se puede decir así, mis orejas: Nadie responde. Un ladrido mas y escucho aguzando mi oído: Silencio. Uso mi desarrollado sentido del olfato para rastrearte: Olfateo y nada.

Recorro el patio de la casa, estas en todos los sitios donde estuvimos, donde jugamos, pero además estas dentro de mi, en los recuerdos de esas caminatas a tu lado, te siento de manera tan vívida como si tus ojos verdes me miraran ahora, en esta tarde lluviosa donde las gotas borran las enclenques huellas de mis patas en la tierra.

Voy hacia la puerta, olfateo, me siento, olfateo y me echo resignado en el tapete a esperarte, nunca podría imaginar que tu ausencia pudiera ocupar tanto espacio en la casa y tanto mas en mi.

¿De qué estamos hechos? ¿Qué tenemos dentro?

Estamos hechos de vacíos, de ausencias para siempre, de recuerdos inmarcesibles que nos acompañarán hasta la muerte. Te agradeceré mi amigo, que me regales una visita y en mis sueños, me pongas tu hocico en la pierna y me mires con tus hermosos ojos cafés mientras me cuentas como es el cielo y me digas cuantos amigos haz hecho, porque perros como tu tienen luz de sobra para iluminar ésta y otras vidas mas.

By Jaac

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