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Hablemos de café

Elecciones y el Agro

 

Por Carlos A. Villalobos Cortés*

 

¿Realmente existe interés en los actores políticos y aspirantes a cargos de elección popular por atender y comenzar a dar solución a los añejos problemas del campo mexicano?


A poco más de un mes (36 días para ser más precisos), de la madre de todas las batallas, me refiero a las elecciones del 2 de junio, donde estarán en juego la Presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputados, 9 gubernaturas (incluido Veracruz), 8 Congresos estatales (también en Veracruz), además de algunos municipios en el país, la pregunta sería:


¿Y el campo para cuándo? ¿Realmente interesa a los candidatos dar solución a los añejos problemas que enfrentan los productores?


No es un secreto que nuestra Nación adolece de correctas políticas públicas en materia agroalimentaria, la apatía, ocurrencias, improvisaciones y compromisos de quienes llegan al poder, imposibilitan el correcto funcionar del sector productivo.


En el tema café ocurre exactamente lo mismo que en el resto del país, hace seis años el Presidente López Obrador y su equipo dedicado a tema del campo, sugerían la creación del Instituto del Café, organismo que en efecto mucha falta les hace a los cafeticultores de México; sin embargo, esta resultó una más de las falsas promesas que hiciera el actual presidente de México. 


El periodista Ernesto Perea del portal electrónico www.imagenagropecuaria.com escribía el 24 de julio “Tras diagnosticar que la cafeticultura mexicana atraviesa hoy la peor de las crisis de su historia” el equipo para el campo del nuevo gobierno federal, que entrará en funciones el 1 de diciembre del presente año, tiene el objetivo de establecer una política de Estado para rescatar esta actividad productiva, donde se cuenta la creación de un organismo nuevo denominado Instituto del Café Mexicano”. (Fuente: www.imagenagropecuaria.com) 24 julio 2018.


En aquellas fechas, donde todo era efusividad (2018), el ocurrente gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, aseguraba a los medios de comunicación que el Instituto del Café Mexicano tendría su sede en la ciudad de Xalapa.


“…El Gobernador dio a conocer la llegada del Instituto Nacional del Café a la entidad, que estará ubicado en Xalapa, este instituto será un centro de investigación genética de las variedades para lograr la competitividad, productividad y rentabilidad en la producción del aromático”. (Fuente: www.formato7.com) 27 diciembre de 2018.

 

Esto ocurrió hace seis años y la cafeticultura en el país continúa atravesando una de sus peores crisis, con todo y los datos alegres que desde el púlpito presidencial se digan y repliquen, por desinformados, que solo demuestran su total ignorancia a la hora de tratar de defender lo indefendible.



Es por demás urgente que, a poco más de un mes, los votantes escuchemos y cuestionemos a quienes toquen nuestra puerta solicitando el voto. Es imperante observar el actual panorama que vive el campo; para el caso que ocupa a esta columna, escuchar, observar y analizar la situación de la cafeticultura en México, en nuestra entidad, municipio o localidad.


Sería de agradecer que, como sociedad, y sobre todo el andamiaje que sostiene la producción de café, exigieran a los candidatos (todos) a comprometerse a impulsar realmente la cafeticultura y las buenas prácticas, que se considere un precio de garantía del café y se deje en segundo plano la volatilidad de los precios de la bolsa; esto dada la enorme importancia que el cultivo del aromático aún preserva en comunidades con vocación cafetalera.


Que no haya después lamentos, que no haya sorpresas ni sorprendidos, no se vale quejarse de la entrada de cafés de mala calidad de centro y Sudamérica, ni de los bajos precios, tampoco del cambio de variedades tradicionales (arábigas por robustas) o cambio de cultivo; tampoco valdrá lamentarse por la desaparición de cafetales bajo sombra y la pérdida de la biodiversidad que un cafetal bajo sombra ofrece.


Quizá estemos a tiempo de evitar la pérdida de la cafeticultura y ahí debemos entrarle TODOS.

 

Falta de Agua

La lluvia de hace ocho días apenas alcanzó a mojar la seca tierra de los cultivos; sin embargo, se agradece que haya llegado, puesto que los campos lucían ya muy necesitados. Cultivos tradicionales como el café y la caña, han reducido su rendimiento a causa de altas temperaturas y la falta de agua. El limón, cultivo relativamente reciente en esta zona, también comenzó a resentir los estragos de la falta de lluvia; las ollas utilizadas para hidratar las plantaciones son insuficientes. Urge la mano del estado como rector de las políticas públicas, para socorrer a los pequeños productores, pasar del discurso a la acción, menos escritorio y burócratas y más técnicos de campo e infraestructura para atender los cultivos.

 

*Bebedor de café de toda la vida. Apasionado del aromático y recolector de saberes y experiencias de hombres y las mujeres de toda la cadena productiva y de comercialización.

 

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