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FILOSOFÍA CLÁSICA - La Experiencia

Por: Miguel Mora



Se entiende por experiencia un modo de conocimiento que se basa en la percepción.


Si bien es cierto que los sentidos nos pueden engañar, también nos facilitan un mejor y más amplio conocimiento de la realidad. La inteligencia es sentiente (capacidad de sentir) y es algo que no debe ser olvidado en el ámbito del conocimiento filosófico y tampoco en la teoría del conocimiento.


Otro elemento crucial en la forma de aprender es tener muy presente la significación del campo práctico. La praxis, es esencial para analizar y juzgar los dilemas y conflictos éticos de todo tipo que surgen de las experiencias humanas.


La verificación de los juicios con la realidad empírica es otra forma de adquisición de conocimientos que se fundamenta en el valor de la experiencia. No existe únicamente la experiencia externa, puesto que también es definible la interna.


Analizar lo que es lo empírico o lo experiencial parece inevitable la insistencia en lo que es observable o experimentable por los cincos sentidos. Indudablemente, la experiencia interna es la propia de cada persona y es algo interiorizado por el propio sujeto. Es algo subjetivo de cada individuo con sus matices específicos que pueden ser positivos o que implican un factor de resiliencia o fortaleza.


Existen muchas maneras de entender la experiencia desde una perspectiva filosófica. Una de ellas es entender que la experiencia se plasma en una conciencia que está sometida a algo que se ofrece a ella con presencia intelectual inmediata.


Todo puede ser objeto de experiencia por parte de la naturaleza humana o de cada hombre o mujer. Y, por tanto, existen innumerables maneras de clasificar las experiencias en función de los criterios ordenadores que se utilicen. Se puede hablar de experiencia social, religiosa, histórica, estética, moral, etcétera. Además, la experiencia se comprende también como la confirmación empírica de datos.


En Aristóteles se puede afirmar que la experiencia juega un papel fundamental en lo que al conocimiento se refiere. La actitud empirista y realista del filósofo es acorde con sus planteamientos científicos en muchos campos de sus investigaciones.


Y es evidente que la experiencia se sitúa en la base de todas las ciencias que realmente lo son. Las pseudociencias no se fundamentan en la experiencia real. Porque de lo singular o particular podemos llegar a lo universal. Es lo que se denomina inducción.


Aristóteles insiste en lo decisivo de la práctica, especialmente, en el ámbito de la ética, de los buenos hábitos o costumbres. El término medio en las conductas que plantea el fundador del Liceo es una cuestión definible también por la experiencia y la observación de las personas equilibradas y prudentes.


Y en política aprender de la experiencia histórica es también lo que lleva a la armonía y a la justicia.




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