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FILOSOFÍA CLÁSICA

Antivalores

 

Los antivalores son aquellas actitudes negativas que se oponen a los valores éticos y morales que regulan y guían las conductas de las personas en la sociedad. En este sentido, los antivalores conforman una serie de actitudes negativas, incluso, peligrosas, que no reciben el apoyo de la sociedad en general.

 

Los valores son los principios del buen obrar, del camino de la virtud, del bien; mientras que los antivalores suponen una forma de actuar inadecuada e incorrecta. De allí que, los antivalores estén asociados a conductas inmorales o antiéticas.

 

Los antivalores atentan contra los valores sobre los que se funda nuestra vida en sociedad, como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la responsabilidad, la lealtad, la solidaridad, la generosidad, la gratitud, etc. Por tanto, los antivalores dificultan la convivencia, la armonía y el respeto mutuo, valores necesarios para la vida social.

 

Tanto las religiones como los diferentes sistemas de pensamiento ideológico o filosófico se rigen de acuerdo a los sistemas de valores. La finalidad es evitar la práctica de antivalores como la deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, el irrespeto o la irresponsabilidad, que se cuentan entre los más graves.

 

Cuando los antivalores rigen la conducta de una persona, nos encontramos con un individuo negativo, frío e insensible a quien no le importan los demás y, menos, las consecuencias que sus actos tienen sobre otros. De allí que los antivalores afecten la vida de las personas en los aspectos personal, familiar, escolar o laboral.

 

Los antivalores deshumanizan y degradan a la persona que los profesa, tanto así que puede recibir una sanción social e, incluso, en los casos más extremos, un castigo por parte de la justicia, ya que los antivalores llevan a la delincuencia.

 

Uno de los antivalores más comunes en la política y en la función pública es la deshonestidad, la cual se refiere a la falta de integridad bajo la que actúa una persona, que ostenta un cargo, sobre cómo trata las cosas que no le pertenecen.

 

Las personas deshonestas tienen por costumbre traicionar, robar, mentir y engañar a los demás, con el propósito de lograr un beneficio propio o de grupo. De allí que, a la persona deshonesta, se le considere como corrupto, poco fiable y desleal.

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