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EXPRESSO CORTADO

1968

Gilberto Medina Casillas

 

Recuerdo la famosa frase

Cuando los disturbios

Juveniles preconizados

Por los estudiantes

En la primavera de 1968

En París

 

‘Soyons réalistes, exigeons l'impossible´.

 

Cuando la leí escrita en un muro

Me gustó, pero no la entendí

 

De golpe me pareció desear

Un unicornio

Convocando a las hadas

 

Pero no

 

‘Seamos realistas, exijamos lo imposible’.

 

Era una declaración de la contracultura

Extraordinariamente revolucionaria

Poderosa, comprometida, beligerante

Retando a la inmovilidad del orden

Inatacable.

 

Gilberto Medina Casillas ®

 

Este texto y la columna que leerán a continuación nacieron de mis recuerdos ‘del 68’ cuando pude contrastar lo que ocurría en París con lo que pasó en la ciudad de México.

Estudiantes o jóvenes que se hacían pasar como tales tenían como deporte secuestrar autobuses urbanos, hacer pintas en bardas con leyendas como MUERA CUETO (jefe de la policía del Distrito Federal) MUERA GDO (Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México), VIVA EL COMITÉ DE HUELGA (Órgano rector de la movilización estudiantil.) Muchos de los segmentos que se consideraban excluidos y se sentía ‘en pie de lucha’ se sumaron al ya llamado movimiento estudiantil, El Movimiento Estudiantil de 1968 en México fue apoyado por diversas organizaciones y sectores de la sociedad civil, incluyendo estudiantes, profesores, intelectuales, obreros, campesinos, amas de casa, comerciantes y profesionales. Entre las organizaciones que brindaron apoyo destacaron los sindicatos democráticos, como el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y corrientes sindicales que habían luchado por la democracia sindical.

Además, profesores que respaldaron el movimiento formaron "La Coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior por las Libertades Democráticas", en la que sobresalieron figuras como Fausto Trejo. Aunque no se mencionan organizaciones civiles específicas contemporáneas del movimiento en los resultados, el Consejo Nacional de Huelga (CNH) se constituyó como el órgano director del movimiento, integrado por representantes de universidades como la UNAM, el IPN, la Universidad Autónoma Chapingo, la Universidad Iberoamericana, entre otras, así como delegaciones de distintos estados del país.

Años después, diversas organizaciones de derechos humanos han reconocido y conmemorado el movimiento como un hito fundamental en la lucha por los derechos humanos en México, como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas A.C., Las Abejas de Acteal, y la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todos”, conformada por 85 organizaciones en 23 estados.

En crónicas periodísticas de aquel tiempo podemos resumir que las autoridades gubernamentales, incluyendo el gobierno federal bajo el presidente Gustavo Díaz Ordaz, respondieron con represión y violencia. El movimiento estudiantil creció a partir de protestas contra la represión policial, como la agresión del Cuerpo de Granaderos el 23 de julio de 1968, se expandió rápidamente con el apoyo de sindicatos, grupos de vecinos y amas de casa. 

El gobierno, en cambio, buscó contener el movimiento mediante la intervención militar, la detención de cientos de estudiantes y la difamación de los actores del movimiento. 

Aunque se documentaron conexiones entre grupos de choque conocidos como "porros" y el Departamento del Distrito Federal desde 1967, estos grupos actuaban en contra del movimiento estudiantil. 

El gobierno también promovió una narrativa oficial para deslegitimar las demandas del Consejo Nacional de Huelga (CNH), que incluía el desmantelamiento del aparato represor del régimen.

Un protagonista destacable fue Javier Barros Sierra, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM. Su participación más destacada fue encabezar una manifestación el 1 de agosto de 1968, en la que más de ochenta mil personas, incluyendo estudiantes y maestros de todo México, marcharon desde Ciudad Universitaria hasta el Zócalo capitalino para protestar contra la violación a la autonomía universitaria y los hechos violentos del gobierno, especialmente el bazucazo que destruyó la puerta principal de la Preparatoria 1. En su discurso previo a la marcha, Barros Sierra expresó su inconformidad con la represión y afirmó su apoyo a los universitarios en su protesta pacífica. Aunque no se menciona específicamente una "marcha del silencio" en los resultados, su liderazgo durante el movimiento estudiantil lo convirtió en una figura central y una "autoridad moral" para el movimiento.

Ahora, volviendo a mi visión comparativa de lo que ocurrió en París y lo que pasó en México, les presento este cuadro que armé con algunas consideraciones comparativas.

Aspecto

México (1968)

Francia (1968)

Contexto político

Régimen autoritario del PRI, presidencialismo fuerte, represión política.

Quinto gobierno de De Gaulle, sistema centralizado y conservador.

Causas principales

Represión policiaca, autoritarismo, falta de libertades democráticas, desigualdad social.

Rigidez académica, falta de libertades culturales, malestar obrero, crítica al consumismo.

Inicio del movimiento

Julio: choques entre estudiantes y policía; formación del CNH (Consejo Nacional de Huelga).

Mayo: protestas en Nanterre y Sorbona, extendidas a universidades y fábricas.

Participantes

Estudiantes universitarios y politécnicos; algunos intelectuales y sindicatos.

Estudiantes, obreros (10 millones en huelga), sindicatos, intelectuales, artistas.

Formas de protesta

Marchas, mítines, brigadas informativas, huelgas.

Manifestaciones masivas, barricadas, ocupación de fábricas y universidades.

Respuesta estatal

Ejército y policía; represión violenta; culmina en la masacre de Tlatelolco (2 de octubre).

Represión policial inicial, luego negociación; De Gaulle disuelve Asamblea y convoca elecciones.

Resultados inmediatos

Represión, muertos y desaparecidos; cierre de la protesta.

Movilización nacional, debilitamiento de De Gaulle, reformas laborales y universitarias.

Efectos a largo plazo

Conciencia crítica; antecedente de luchas democráticas posteriores.

Cambio cultural: liberación sexual, auge del feminismo, nuevas formas de política y cultura juvenil.

Intereses en juego

Gobierno buscaba estabilidad y prestigio internacional por los Juegos Olímpicos. Estudiantes exigían democratización.

Gobierno defendía orden y control político. Jóvenes y obreros pedían libertades, reformas sociales y culturales.

 

Sin embargo, y dadas las coincidencias, los factores comunes, ese momento histórico es crucial y característico, es una experiencia histórica que tiene todo qué ver con el desarrollo humano y la liberación frente a sistemas autocráticos predominantes.

Yo percibo la emersión de la sociedad civil.

Desde una perspectiva de la antropología social. las protestas de 1968 fueron impulsadas por una combinación de causas coyunturales que variaron según el país, pero compartían un profundo rechazo al statu quo y a formas asfixiantes de autoritarismo, ya fuera del capitalismo o del bloque socialista vigente esos años.

 En México, las causas incluyeron una crisis económica, el autoritarismo del sistema político dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la represión en enfrentamientos entre estudiantes del IPN y la Escuela Preparatoria Isaac Ochoterena, y la violencia callejera.

 Además, el contexto nacional se vio marcado por la corrupción, el caudillismo y el disgusto social, mientras que los estudiantes enfrentaban condiciones materiales deficientes para sus estudios y dificultades para encontrar empleo tras graduarse.

En el ámbito internacional, las protestas estudiantiles se extendieron como reguero de pólvora desde París en mayo de 1968, influidas por movimientos previos como la guerra de Argelia, los derechos civiles en Estados Unidos, la guerra de Vietnam, el Concilio Vaticano Segundo, la aparición de la píldora anticonceptiva, el movimiento hippie y la revolución cubana la cual era un hito que más tarde derivaría en un gran fracaso social.

 En Estados Unidos, las protestas se dirigieron contra la segregación racial, la guerra de Vietnam y la represión del movimiento por los derechos civiles, con figuras clave como Martin Luther King Jr. y Malcolm X.

 La radicalización se intensificó tras el asesinato de Malcolm X en 1965 y el surgimiento de organizaciones como el ’Black Panther Party’ (en las olimpiadas de México en 1968, tres atletas afroamericanos, levantaron el puño en señal de pertenencia este movimiento cuando ocupaban el podio de vencedores.)

En Europa, las movilizaciones enfilaron sus críticas contra el capitalismo y la sociedad de consumo, mientras que en Checoslovaquia y Polonia representaron intentos de debilitar el control del Partido Comunista bajo la égida soviética.

 En España, las protestas buscaban poner fin al franquismo y cerrar la herida de la guerra civil.

Estas movilizaciones, aunque comenzaron en las universidades, se extendieron a amplios sectores de la sociedad, incluyendo profesores, intelectuales, obreros, campesinos y comerciantes, y se organizaron en estructuras como el Consejo Nacional de Huelga (CNH) en México.

 Las demandas generales incluían la libertad de presos políticos, la reducción del autoritarismo, la democratización y la transformación del sistema político.

Nacía una sociedad civil auto concientizada. Y en contra, los dominadores, usaron la represión y la descalificación pública para respaldar al status quo, con medidas radicalizadas.

.   .   .

Ya pasaron 57 años.

¿Han cambiado las cosas?

¿Cuáles sí y cuáles no?

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