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EN TRÁNSITO

Imposición

 

Jesús Ricaño Herrera

 

Un camión de carga se mueve en la carretera, en pocos minutos estará entrando a la ciudad, a casi ningún conductor le hace sentir cómodo ir detrás suyo, y si lo tienen en la retaguardia, muchos buscarán la manera de alejarse, de quitarse de su camino.

 

Al entrar por la glorieta no se detiene, no respeta el “1 X 1”, el derecho de paso o las señales de “ALTO, sigue de frente imponiendo sus 10 metros de largo y sus 15 toneladas de peso, los demás le ceden el paso, no por respeto, sino por temor a estamparse contra esa peligrosa mole, los conductores de estas unidades de carga lo saben y se aprovechan de esta condición.

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Los demás usuarios de la vía pública saben bien que no tiene sentido competirles, ganarles el paso y colisionar con ellos, ganarles legalmente de nada sirve si se está muerto o malherido en un hospital, quedando en estado vegetativo o con la pérdida de órganos, prefieren cederle el paso por supervivencia, por puro instinto de conservación.

 

En la vialidad, las personas comunes, los que no creen que existan muchos peligros en el tráfico, o creen que podrán salir siempre impunes ante sus obstinadas, frecuentes y necias conductas temerarias o ilegales, tienen un pensamiento universal, erróneo muy socorrido: “Se tiene que parar”, esta idea tiene un origen, sabemos que tenemos derechos, derecho al libre tránsito, por ejemplo, sin embargo, no todos conocemos con claridad esos derechos, mucho menos asumimos nuestras obligaciones.

 

La ley habla de una jerarquía en cuanto al derecho de paso y lo justifica de acuerdo al grado de vulnerabilidad, es por ello que los peatones pasarán primero, luego ciclistas, después usuarios del transporte público, le siguen los usuarios de la carga y al final automovilistas y motociclistas, según la pirámide de la movilidad, pasarán en este estricto orden.

 

Los vehículos de carga ostentan el cuarto peldaño, el tamaño y peso del vehículo son la razón técnica para ubicarlos ahí, sin embargo, la realidad es que estos conductores circulan por las vías imponiendo sus condiciones.

 

Si hablamos de tamaños, el peatón es el más pequeño y el más grande debe ser un trailer con doble semirremolque, ocurre que, en las vialidades, un buen grueso de los conductores con vehículos mayores, conducen bajo este esquema de imposición, en una clara muestra de falta de conciencia y respeto a los demás.

 

Tienen una sensación de poder, fundamentada falsamente en el tamaño y el peso, eso de vivir engañados es horrible, me viene a la mente necesariamente la pipa de gas que se quemó en Iztapalapa, proveniente de Tuxpan, Veracruz, al tener fuga e incendiarse, después de perder el control en una curva y golpear los muros y fracturarse la “salchicha”, en este triste evento murieron al menos 20 personas.

 

Sí usted opera vehículos grandes, le pedimos que siga las reglas de circulación que los demás observan, ceda el paso a los más vulnerables, circule a velocidad moderada, si su vehículo es de una empresa y este trae logos, recuerde que todas las maniobras temerarias que haga son publicidad negativa en contra de su corporativo, tarde o temprano se va a reflejar en pérdidas.

 

Por favor, cuidemos de los demás porque sí importan, atentos todos, no se distraigan. Comentarios a jojerihmx@gmail.com

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