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EN TRÁNSITO

Multar o no multar al infractor

 

Jesús Ricaño Herrera

 

En los últimos meses, desde que la Gobernadora Rocío Nahle García tomó las riendas de la administración del Estado de Veracruz, el primero de diciembre del año pasado, hasta la fecha de publicación de esta edición, se dejó de multar a los infractores del Reglamento de la Ley de Tránsito y Seguridad Vial.

 

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Esta medida tiene por objeto me parece, atacar las abundantes quejas que se tuvieron en la administración pasada, de las autoridades de Tránsito del Estado y el Servicio de Grúas, cosa que llevó al hartazgo a muchos. En esta oportunidad quiero hacerles un llamado a nuestras autoridades, no a modo de queja, sino en forma de una genuina preocupación.

 

Sin embargo, ¿Hasta hoy, esta medida ha sido efectiva? Me parece, desde mi muy particular modo de pensar, de entender los fenómenos de Tránsito y la Movilidad, que esta controvertida medida, que busca reducir la percepción de corrupción en las autoridades de Seguridad Pública, entre ellas las de Tránsito y Seguridad Vial, ha tenido un éxito restringido, incluso pírrico. Tendrá el gobierno actual que evaluar si esto le está funcionando o hay que implementar otra estrategia.

 

Le comparto lo que yo creo, fundo firmemente mi creencia en la Educación Vial, en hacer campañas exhaustivas para concientizar a las personas, para que le den un uso seguro a las vialidades mientras son peatones, conductores o pasajeros.

 

Después de inundar por un buen rato a la población, de mensajes de seguridad y protección para con los demás, creo en la firmeza de la sanción, del “Programa Cero Tolerancia” contra aquellos que no cumplen con las reglas de circulación y el cuidado de los demás usuarios de la vía pública, poniéndolos en peligro con sus actos irresponsables y conductas riesgosas.

 

La carga administrativa ha disminuido significativamente, seguramente se ha ahorrado en papel, tinta, impresiones, manejo de personal, consumo de combustible y desgaste de equipos de oficina, patrullas, motocicletas y otro tanto de etcéteras.

 

Pero lo que he visto también, amables lectores, es un diametral cambio en la percepción de las autoridades de Tránsito, donde los conductores de los automotores dejaron de temerles y respetarles, para ahora  burlarse de ellos, los retan, les ofenden y hacen menos a los Policías de Tránsito que quieren poner orden.

 

No sancionar al infractor crea un ambiente de impunidad, cosa riesgosa, pues ya no existe el acto oficial de retener una licencia, una tarjeta de circulación o un vehículo en garantía de pago ante estas nocivas conductas, ya no se disuade al conductor para que obedezca las señales, cumpla con las reglas de tránsito. Esto nos empuja necesariamente a un aumento de la inseguridad vial, los conductores seguirán cometiendo faltas, infracciones que los pongan en peligro a ellos y lo peor, que pongan en peligro a los demás.

 

Ojalá pronto, los asesores de la Gobernadora le ayuden a realizar un diagnóstico que revele la condición actual de la Seguridad Vial y se den cuenta que en la Educación Vial, tienen una herramienta valiosísima, hay que enseñarle al otro cómo debe utilizar las vialidades.

 

Hay que hacer campañas de concientización, salir en todos partes, para que todos se enteren, que los niños sepan desde temprana edad qué hay que hacer para sobrevivir en el medio más peligroso del mundo, que por cierto, es la vía pública. Despertar su sentido crítico, que sean jueces severos de nosotros los adultos y que con su voz reorientemos la forma en que asumimos el uso de vehículos motorizados o no.

 

Tenemos tecnología para vigilar, para ver qué hace este o aquel, sé que en el pasado las fotomultas fueron una burla y hasta se quedó a deber el servicio de electricidad a la CFE, pero hay quizás que reintentarlo. En algunos países se sigue el actuar de la Policía desde una Base de Comando, los acompañan con cámaras y ellos reportan sus pasos vía radiotransmisiones geolocalizadas, me parece que esa tecnología está al alcance.

 

Para sancionar a los infractores no es necesario pegarles estrictamente en el bolsillo, se les pueden descontar puntos de su licencia, suspenderla temporal o definitivamente, mandarlos a cursos de capacitación obligatorios, terapias sicológicas para que compongan su actuar en la vía pública, o a hacer servicios comunitarios, pintar bancas, reparar infraestructuras de parques, escuelas o instituciones.

 

Tenemos que trabajar en la rendición de cuentas en los servicios de Tránsito y Grúas, necesitamos establecer objetivos claros para la gestión de Tránsito y Seguridad Vial, mucho de esto se encuentra en la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que por cierto, vamos retrasados para la adecuación de este ordenamiento federal en nuestra entidad federativa.

 

Hay que asignar los recursos necesarios para cumplir con las metas que nos exigen la Seguridad Vial y la Movilidad de las personas, analizarnos, calificarnos, medirnos, evaluarnos para saber si vamos bien o hay que rectificar.

 

Se puede involucrar al público en general para que tenga voz y voto en la gestión de servicios de Tránsito y Seguridad Vial, se puede involucrar a otras instituciones para que aporten y colaboren a un ambiente de Seguridad Vial mayor. Profesionalizar a los servidores públicos en materia de Tránsito y Seguridad Vial, sobre todo a los que se encuentran adscritos a la Secretaría de Seguridad Pública.

 

Hay que perderle el miedo al costo político y hay que trabajar con medidas integrales; en vez de dejar de hacer, hay que hacerlo bien. Por favor, usted que logra entenderme, que me lee y asume lo que le comparto, haga en la vialidad lo que le corresponde, obviamente, lo correcto, cumpla con las reglas y respete el derecho de paso de los demás, no se distraiga, ayúdenos a contar con un ambiente vial adecuado, seguro y fluido. Comentarios a jojerihmx@gmail.com 

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