Vividores de la Nación
“Choco, Choco”, se escucha en el patio de Palacio Nacional; el tlatoani tropical se mece en su hamaca, al ritmo de sorbo de pozol. “Dígame mi Sr, ¿en que puedo servirle?”, contesta su humilde asesor.
“Mira pue, estoy requetecontento, mis tres corcholatas en campaña, siguen al pie de la letra mis instrucciones, Adán, Marcelo y Claudia, un evento con toda la fuerza del Estado en Toluca… ¡Músculo mi Choco, puro músculo Moreno!”, comenta un activo comandante electoral.
“Si mi sensei, vamos por Estado de México, Coahuila y el 24 los vividores de la Nación, como los testigos de Jehová, llevando la cartilla de la 4ª. Deformación, operando en tierra hasta el primer domingo de junio del 24, día de la madre de todas las batallas”, responde un Choco muy entusiasta; coordinador Nacional de los vividores de la Nación… Casa por casa voto por voto, lema de guerra contra los infieles conservadores…
“Tomen para que aprendan que, si violan la ley electoral, me vale; ¿que deben renunciar mis corcholatas?, ¡nel, nel, nel!; ¿Qué hay violencia? ¿Cuál? No hay, no hay, no hay; ¿Que USA emitió una alerta para que no vengan a mi Reino de Anáhuac?, pues que no lleguen, les corto el envío de la hoja verde y ya ves cómo se pondrán los güeros. Mira Choco, yo soy el que mando y marco los tiempos por ello soy el gran Sr”, argumenta un Emperador Andrés Manuel, levitando en sus aposentos del castillo Imperial.
Un Choco inspirado, aplaude como foca el discurso de su amo el Hitleriano Andrés Manuel; de pie, hace el saludo Romano marchando, toma su bandera, atraviesa el zócalo de la capital, entra a una cantina de nombre el Gran Dictador y reparte propaganda entre los parroquianos. Ya entrado en copas etílicas, el súper Coordinador de los vividores de la 4T y de la nación, salta, baila, cantando una rola: “…Soy soldado raso, ya no quiero nada, muero los domingos por la 4T...”.
Caminando por la izquierda: Los que aspiran y suspiran, deben renunciar a sus cargos y no violar la ley.
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