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Aumentan quejas por sonido externo de la parroquia de San Jerónimo

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En ediciones pasadas su publicó un reporte ciudadano que daba cuenta de que la parroquia de San Jerónimo tiene bocinas en el exterior, lo que genera que el sonido de la misa, sermones, cantos y rezos, se escuche hasta el parque y el palacio, obligando a los transeúntes a escuchar lo que no desean en ese momento.

 

En esa ocasión, dicha nota, generó severas críticas a este medio, provenientes de determinado sector de católicos y lectores, cuando lo que se hace desde la redacción es recibir reportes ciudadanos, verificarlos y publicarlos. En dicho momento se recibieron comentarios denostando, descalificando y tratando a este medio de sensacionalista, metiche, exagerado e irrespetuoso, por meterse con la iglesia. Ahora, hasta esos mismos vendedores, manifiestan su descontento.

 

Nuevamente reiteran dicha queja, pero más airada, pues las bocinas de la parroquia con alto volumen, obligan a transeúntes y visitantes a oír una misa y ceremonias que no tiene por qué escucharse en el parque. Pero ahora es el sector que en su momento descalificó la publicación y que ahora manifiesta su hartazgo por dicha práctica indebida.

 

Ahora que en los últimos meses el parque se ha llenado de pabellones artesanales y por lo mismo de muchos visitantes, los mismos artesanos expresan su hartazgo por dicho sonido, que nadie se atreva a decirle al padre que es indebido.

 

A todas las horas que hay misa, se escuchan hasta el palacio, obligando a la gente a oír los acartonados sermones, cánticos trillados y homilías propias de la iglesia, pero que inadecuadamente las transmiten a la gente que no desea escuchar.

 

A través de este medio hacen un llamado a las autoridades para que intervengan, desde luego sabiendo que eso no es un delito y un llamado al sacerdote titular, que es quien tuvo tan brillante iniciativa; a tener respeto por la sociedad en general, y mantener el sonido solo al interior de la iglesia.

 

Cualquier queja, desacuerdo con esta nota, hágala saber al sacerdote.

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