Con la llegada del mes de diciembre, las calles de Veracruz se llenan de luces, cantos y actividades propias de la temporada navideña, destacando especialmente la realización de Posadas y Ramas, dos tradiciones profundamente arraigadas en la cultura veracruzana, que se celebran del 16 al 24 de diciembre.
Las Posadas, celebradas durante nueve noches consecutivas, recrean el recorrido de María y José en busca de posada antes del nacimiento de Jesús. En cada hogar participante, se ofrecen oraciones, cantos religiosos y se rompe la tradicional piñata, símbolo de la lucha contra el pecado y la esperanza de la llegada del Salvador. Estas reuniones son momentos de convivencia familiar, donde vecinos y amigos se juntan para compartir pan dulce, atole y otros platillos típicos de la región.
Paralelamente, las Ramas son grupos itinerantes conformados por músicos y cantores que recorren calles y barrios entonando villancicos y canciones navideñas. Los que escuchan suelen ofrecerles dulces o monedas, como donativos que permiten mantener la tradición año con año. Esta práctica no solo fomenta el sentido de comunidad, sino que también es una forma de expresar la identidad cultural a través de la música y los cantos. (Aunque mucha gente o negocios, ya no les dan).
Autoridades municipales y eclesiásticas exhortan a la ciudadanía a vivir estas fiestas con responsabilidad, haciendo énfasis en las medidas de seguridad para evitar accidentes relacionados con el uso de velas, cohetes y otros artículos pirotécnicos. También invitan a apoyar las actividades culturales en espacios públicos y privados, reforzando así el tejido social y el orgullo por las costumbres locales.
Además, el sector turístico recibe con entusiasmo el inicio de estas festividades, que atraen a visitantes o gente local que vive fuera y viene de vacaciones. Los mercados y plazas se llenan de artesanías, adornos y productos típicos, beneficiando la economía local y promoviendo el comercio tradicional.
En definitiva, la temporada de Posadas y Ramas en Veracruz no solo representa una celebración religiosa, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos comunitarios, preservar la herencia cultural y vivir con alegría el espíritu navideño que une a familias y vecinos en esta época especial del año.
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