Los estragos que dejó el huracán Otis tras su paso por las costas del pacífico mexicano, han conmocionado a todo el mundo. Especialmente lo ocurrido en Acapulco, una ciudad turística que quedó devastada. Las cifras de decesos siguen en aumento, y aún hay personas desaparecidas.
Otis golpeó al puerto de Acapulco el miércoles 25 de octubre, por la mañana, devastando todo a su paso. Sin embargo, lo que ha causado dudas y molestia en México es la falta de respuesta de las autoridades ante la llegada del mismo, pues se piensa que se pudo anunciar, evacuar y evitar decesos. Desde el domingo 22 de octubre, el Servicio Meteorológico Nacional, de la Comisión del Agua (CONAGUA), siguió su formación desde que era depresión tropical en el pacífico, en coordinación con el Centro Nacional de Huracanes, de Estados Unidos.
Lo que ha sorprendido a todos y a la comunidad científica, en especial, es la velocidad con la que se intensificó, alcanzando la categoría 5 en sólo 9 horas, el martes 24 de octubre. Previamente, ese mismo día, la CONAGUA lanzó un comunicado alertando que Otis había alcanzado la categoría 4, y estimaba que aumentara, tal como ocurrió. Es precisamente en este lapso donde muchas personas cuestionan el actuar de las autoridades, pues consideran que era suficiente tiempo para poder evacuar a las personas, disminuyendo los daños.
Por otro lado, la ayuda del gobierno mexicano y de algunas organizaciones, comenzaron a llegar desde el viernes 27 de octubre. Lamentablemente, los servicios se reestablecen muy lento. Por la falta de energía eléctrica, muchas familias no pueden velar a los fallecidos, por lo que ofrecieron resguardar los cuerpos hasta que pudieran darles una digna sepultura.
La sociedad ha criticado severamente que desde la presidencia se haya restringido la ayuda humanitaria de la sociedad civil, cercar con militares las rutas y no permitir el paso a camiones con apoyos, decomisándolos y permitiendo que sólo el ejército ejerza la labor de entrega. Se reprueba el intento de politizar el dolor y la tragedia.
Comentarios