Sin duda, todos crecimos viendo caricaturas por las tardes, las cuales eran la sensación, con personajes, animales y fantasías que se hicieron inolvidables. La animación es la técnica que da sensación de movimiento a imágenes o dibujos, fotografiando y utilizando minúsculos cambios de posición, para que el ojo humano capte el proceso como un movimiento real. Son secuencias visuales realizadas en dos dimensiones (2D).
La animación apareció antes que el propio cinematógrafo. En 1888, el francés Émile Reynaud, padre del cine de animación, inventó el praxinoscopio, uno de los muchos juguetes ópticos de la época, en el cual se utilizaba una técnica pre-cinematográfica de animación. Posteriormente lo perfeccionó con su teatro óptico, que permitía proyectar películas animadas, dotadas de argumento, en una pantalla para un público, y eran acompañadas de música y efectos sonoros. Mantuvo un espectáculo de dibujos animados desde 1892 hasta finales del siglo XIX. De su producción, en la actualidad, se conserva un archivo de 12 minutos de duración.
Las caricaturas se crean dibujando los fotogramas, uno por uno (24 de ellos por cada segundo de animación), siguiendo la técnica desarrollada principalmente por los animadores de Disney a principios del siglo XX. El proceso comienza con el animador dibujando cada fotograma en papel, después el dibujo se realiza de nuevo con tinta y se pinta en láminas de acetato.
Esta práctica, sin embargo, ha estado cayendo en desuso desde hace dos décadas, debido a la aparición de complejos y avanzados programas por computadora y las facilidades que ésta provee para la creación de animación de una manera más rápida, nítida, real y barata. Sin embargo, las caricaturas siguen y serán siendo un arte de entretenimiento inigualable.
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