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Día del niño perdido


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Cada 7 de diciembre, cientos de velas pequeñas adornan los parques, calles, callejones y viviendas de varios municipios del estado de Veracruz, especialmente en Tuxpan, para iluminar, de manera simbólica, el camino del Niño Perdido.

 

De acuerdo con los datos históricos, cada 7 de diciembre, las familias de Tuxpan y en otros municipios del norte de la entidad veracruzana, como Poza Rica, Papantla, Álamo Temapache, Gutiérrez Zamora, Martínez de la Torre, entre otros, así como de la zona centro, donde se ubica la capital, Xalapa, forman un camino de velas a las 19:00 horas, año con año.

 

Se dice que, en el siglo XVIII, el fraile Junípero de Serra, al encontrarse en el norte de Veracruz, específicamente en Tuxpan, buscó la manera de unir a los habitantes de la región y transmitir un mensaje religioso, por lo que usó esta historia para crear una tradición que se ha venido replicando desde entonces.

 

La tradición se basa en un pasaje bíblico del Evangelio San Lucas, cuando Jesús, siendo niño, se perdió en Jerusalén y cuando sus padres, José y María, se percataron, regresaron a buscarlo y él se encontraba sentado en el templo.

 

Es por ello que en Tuxpan y otros municipios de Veracruz, cada 7 de diciembre, en punto de las 19:00 horas, encienden cientos de veladoras para guiar al Niño Perdido que fue hallado en el templo o a las ánimas de los niños perdidos.


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