Como cada año, el 3 de mayo se conmemoró el Día de la Santa Cruz, una festividad religiosa que se le celebra a los trabajadores de la construcción. Sirva este espacio para hacer un reconocimiento, como cada año, a aquellas personas que hacen posible la realización de toda obra.
El Día del Albañil es una celebración que rinde homenaje a los trabajadores de la construcción, en particular a aquellos que se dedican a la albañilería, un oficio fundamental en la construcción de edificios, casas y otras estructuras.
El Día del Albañil es una oportunidad para reconocer y valorar el arduo trabajo realizado por los albañiles, quienes desempeñan un papel importantísimo en la construcción y mantenimiento de la infraestructura urbana y rural.
La albañilería es uno de los oficios más antiguos y fundamentales en la historia de la construcción. Los albañiles son responsables de colocar ladrillos, piedras, concreto y otros materiales, para crear estructuras duraderas y funcionales.
Contribuyen de manera significativa al desarrollo de las comunidades al construir viviendas, escuelas, hospitales, carreteras, puentes y otras infraestructuras necesarias para el funcionamiento de la sociedad.
El trabajo de albañilería puede ser físicamente exigente y peligroso, ya que los albañiles suelen trabajar en alturas, con maquinaria pesada y en condiciones climáticas adversas. Es importante reconocer los riesgos asociados con este oficio y promover prácticas seguras en el lugar de trabajo.
En algunos lugares, el Día del Albañil se celebra con eventos especiales, ceremonias de premiación, actividades de capacitación y programas de concientización sobre la seguridad laboral y los derechos de los trabajadores.
Esta celebración es una oportunidad para honrar y reconocer la importante labor de los trabajadores de la construcción, destacando su contribución al desarrollo y progreso de las comunidades, así como promoviendo la seguridad y el bienestar en el lugar de trabajo.
No me resta más que externar mi respeto y admiración a la ardua labor que realizan los albañiles, reconociendo en ellos la exigencia física del trabajo, su habilidad para los números, capacidad para trabajar en equipo, habilidad para emplear las herramientas o maquinaria; y sobre todo, su capacidad para desarrollar su trabajo en condiciones extremas, muchas veces arriesgando su vida.
Como siempre, agradezco el espacio que me brinda el Semanario Espresso y el “Centro Universitario Anaxágoras”. Asimismo, quedo a sus órdenes y pongo a su disposición mi correo: franzlester@gmail.com, para cualquier comentario o sugerencia de temas a tratar dentro del ámbito de la ingeniería civil.
Atentamente
M.I. Franz Lester Servín López
Presidente de la Asociación Coatepecana de Ingenieros Civiles, ACIC, A.C.
