Actualizado: 11 oct
A petición de un ciudadano, luego de reportar a Semanario ESPRESSO la negativa que, por tercera vez, recibía de Comisión Federal de Electricidad (CFE) sucursal Coatepec, de instalarle un medidor; se acompañó al quejoso a las oficinas, constatando que la burocracia y la corrupción, son su sello. Estos son los hechos:
El ciudadano, debidamente identificado, renta un departamento, en una casa que se ubica en una privada. La casa cuenta con tres departamentos, de los cuales, los otros dos, sí cuentan con medidor y servicio de energía eléctrica.
El quejoso narra que cuando llegó a rentar dicho departamento, el inquilino anterior, dejó una deuda con CFE, la cual fue pagada por el nuevo ocupante. Por ese motivo el medidor había sido retirado. El nuevo inquilino acude a CFE a solicitar un nuevo contrato, otro medidor, y desde luego el servicio de energía eléctrica.
La respuesta inmediata fue tajante: “No se le puede brindar el servicio”. Al pedir explicaciones, no recibe respuesta y solo le indican que “no tenemos autorización”. En una segunda visita, lo canalizan con la jefatura comercial y la respuesta es la misma: “Está fuera de norma, no se puede dar servicio”.
A través de un oficio, se solicitó formalmente el servicio, o que, de no ser así, se brindaran una respuesta donde se plasmaran las razones técnicas o administrativas, que impiden otorgar dicho servicio. En ese oficio se explica que, a solicitud de CFE, se habían reubicado los medidores y la mufa, porque argumentaban que se excedía la distancia reglamentaria.
En diversas visitas a las oficinas de CFE, se pudo constatar la indiferencia y la falta de interés con que las empleadas atienden. Cuando vieron el oficio, empezaron a hacer llamadas, la jefa del área había sido relevada y se indicó que regresáramos en dos días y tendríamos una respuesta. Se entregaron fotos donde aparecen los otros dos medidores que constatan que, a dicho inmueble, sí se le brinda servicio.
Al acudir el día indicado, no había respuesta concreta, solo se nos manifestó que se haría una supervisión por el área técnica para verificar lo explicado en el oficio. Los técnicos no fueron los días indicados, sino una semana después, y luego de una negativa sin fundamento, fueron tajantes: “Solo que nos des seis mil pesos, te instalamos, de otra manera, no te instalamos nada”.
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