El 30 de agosto se conmemora mundialmente el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas para visibilizar y repudiar esta grave violación a los derechos humanos, así como para luchar por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y sus familias.
Este día fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010, con el propósito de rendir homenaje a todas las personas desaparecidas de forma forzada en el mundo, reconocer el sufrimiento de sus familiares e impulsar esfuerzos para prevenir estas prácticas y sancionar a los responsables.
La desaparición forzada implica la detención o secuestro de personas por agentes del Estado, o con su aquiescencia, seguida de la negativa a reconocer esta privación de libertad o del ocultamiento de su destino, dejando a las víctimas fuera del amparo legal y expuestas a torturas o desapariciones prolongadas.
Este día busca que los gobiernos, organizaciones y sociedad civil trabajen juntos para: Visibilizar la problemática de las desapariciones forzadas; exigir justicia y esclarecimiento de los casos; garantizar apoyo integral a las familias de las víctimas; fomentar políticas públicas de prevención y protección de los derechos humanos.
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