El Día Mundial del Judo se conmemora desde el año 2011, fecha establecida por la Federación Internacional del Judo para honrar el cumpleaños de Jigoro Kano, el 28 de octubre (1860-1938), creador de este arte marcial originario de Japón.
Jigoro Kano, además de judoka, fue un educador y pionero en la inclusión del judo en la educación formal japonesa y en los deportes internacionales, siendo el primer asiático en formar parte del Comité Olímpico Internacional.
El judo se desarrolló a partir del jiujitsu, eliminando técnicas peligrosas, y se convirtió en deporte olímpico oficial en 1964. El judo no es solo un deporte, sino una filosofía de vida que busca cultivar valores importantes en quienes lo practican: Cortesía: respeto a los demás y a los compañeros de práctica. Coraje: enfrentar dificultades y actuar con justicia. Sinceridad: honestidad en la ejecución de técnicas y actitudes. Honor y modestia: compromiso con la palabra y humildad en la práctica. Control de sí mismo: desarrollo del autocontrol y la inteligencia emocional. Amistad, lealtad y gratitud: fortalecer vínculos y reconocer apoyos y enseñanzas.
La práctica del judo fomenta también el bienestar físico, mental y emocional, promoviendo la cooperación, seguridad, y armonía tanto en el tatami como en la vida cotidiana. El nombre “Judo” significa "camino de la suavidad", reflejando la idea de que la técnica y la destreza superan la fuerza bruta.
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