El Día Mundial Contra la Pena de Muerte fue establecido en 2003 y busca denunciar la existencia de la pena de muerte en todo el mundo, fomentar su abolición y promover alternativas legales más humanas, resaltando la importancia del derecho a la vida y la justicia basada en los derechos humanos.
El objetivo de la conmemoración es: combatir la pena de muerte y presionar a los países que aún aplican esta sanción para promover su abolición; promover la conciencia pública sobre los errores judiciales, el sufrimiento de los condenados y la discriminación que puede existir en los sistemas judiciales; impulsar la adopción de medidas legales internacionales que protejan a las personas de esta condena irreversible; fomentar diálogos y actividades educativas, como debates, exposiciones, marchas y campañas de sensibilización que incluyan a la sociedad civil, medios de comunicación y autoridades.
En la práctica, muchos países han abolido la pena de muerte en sus legislaciones, mientras otros mantienen moratorias de facto para alinearse con los estándares internacionales de derechos humanos.
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